LONDRES.– Este domingo se cumplen 5 años sin el londinense oriundo de Brixton al sur de Londres, David Robert Jones, mejor conocido como DAVID BOWIE, una estrella de rock que pudo ser mucho más que un rockero y algo más que una estrella.

Para sus fans y seguidores fue un shock: pocos sabían que uno de los genios más revolucionarios de la historia del rock había sido un enfermo desesperado durante algún tiempo, pero en ese triste día de 2016 todo el mundo entendió que esa despedida había sido preparada como el último acto de una aventura artística que cambió el mundo. Y, en cierto modo, el shock fue aún mayor, cuando, escuchando las notas de Black Star, un álbum de una profundidad emotiva, uno se encontró frente a la obra maestra de un hombre que decidió contar su fin anulando de la manera más definitiva el límite entre el arte y la vida.
El mundo descubrió con Bowie la idea de que un músico podría ser simultáneamente una figura que, muy adelantado a los tiempos, puso en juego una ambigüedad sexual descarada y al mismo tiempo se mezcló con el Cabaret de Berlín, el teatro kabuki, el Mimo de Lindsay Kemp.
Un artista que no era Bowie probablemente habría pasado toda su vida en los laureles de Ziggy, pero decidió liberarse de ese alter ego tan engorroso para asumir primero la identidad del duque blanco delgado, el Duque Blanco lanzado para conquistar América pero esclavo de la cocaína y luego sumergirse en Berlín a mediados de la década de 1970 para producir la famosa trilogía de Berlín con uno de los muchos giros estilísticos impactantes.

Es impresionante pensar cuántas cosas ha sido David Bowie, la de Let’s Dance y la del rock muy duro y en bancarrota comercialmente de Thin Machine, un crooner con un carisma sin igual, un autor brillante, un icono de estilo, un explorador de sonido, un actor, un artista que en todo lo que se preocupaba poco sobre el mercado pero ganó montañas de dinero gracias a Bowie Bonds gracias a los bonos de Bowie , una operación financiera sin precedentes, un pintor vinculado al expresionismo alemán, un actor con un importante plan de estudios que consiste en películas como El hombre que cayó a la tierra, La última tentación de Cristo, Miriam despierta a medianoche, Furyo, Todo en una noche, Labirinth y que se permitió un cameo en Zoolander y una aparición en El Prestigio de Christopher Nolan.
Un carácter único, iluminado, impulsado por una curiosidad inconclusa y un deseo imparable de conocimiento, como para comunicar ese cambio y el descubrimiento de lo nuevo son un método para poner orden en el caos. David Bowie fue y sigue siendo uno de los artistas más influyentes en la historia de la cultura popular, como lo demuestra la exposición realizada por el Victoria y el Albert Museum de Londres.

BOWIE fue uno de los primeros en entender que el Rock’n’Roll podría ser mucho más que la música que anunció al mundo el nacimiento de los jóvenes como una categoría social, para adivinar que se podría ir más allá de los límites y convenciones, que alrededor de la música se podría construir un verdadero universo de signos. Incluso la muerte se ha transformado en algo más allá de su inevitable verdad. Cuando, frente al último acto, David Duncan Jones y David Bowie volvieron a ser la misma persona.
CON INFORMACIÓN DE ANSA
TV&SHOW/ Rondero’s Medios
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