A sus 70 años, Isabella Rossellini prefiere la granja que el cine

ROMA.– «Ahora siempre me ofrecen papeles secundarios, es difícil tener roles protagónicos para una mujer de 70 años, no es que no los haya, pero son pocos», declaró ISABEL ROSSELLINI, modelo, actriz, directora, documentalistas y escritora italiana.

«Entonces le digo a mi agente que no quiero ir 3-4 meses a un hotel sin ver a mi familia, la última vez que estuve 6 meses en Vancouver para una serie, Vancouver es una ciudad hermosa, pero seis meses, sin poder mudarme, nunca más».

Es extraño escuchar decir esto a ISABELLA ROSSELLINI, una mujer que ha viajado por medio mundo, y ahora es, entre otras cosas, una orgullosa ‘campesina’ en su granja ‘Mama Farm’, una finca de 15 hectáreas en Long Island, Nueva York, dedicada a la recuperación de razas tradicionales y semi-antiguas con vistas a la «agricultura restauradora».

En estos días la musa de Martin Scorsese y David Lynch se divide entre Milán y Bolonia, y hoy en la ciudad de las Dos Torres presentó la versión restaurada por la Cineteca de ‘Francesco Giullare di Dio’ (como parte del festival il Cinema Ritrovato), dirigida por su padre Roberto Rossellini en 1950. «Es una película hermosa, también porque está escrita por Fellini, así que hay todo el humor de Fellini y la investigación ética de mi padre.

Es una colaboración muy interesante entre dos autores italianos realmente importantes». Para hacer su mudanza, tal vez, es esa «curiosidad» que su padre y su madre, Ingrid Bergman, le enseñaron. Los proyectos, de hecho, no faltan en su vida. «Viajo voluntariamente, pero ahora ya no tanto, es agotador. Por suerte estoy rodando una serie en Boston para HBO, a solo tres horas de mi casa, y en el contrato dice que si no trabajo 3-4 días puedo irme a casa. Es una serie sobre la cocinera estadounidense Julia Child, soy su amiga francesa, Simca Beck, que le enseñó a cocinar, empezamos a rodar el 10 de agosto».

Durante la pandemia, sus días comenzaron con una vieja película, por la mañana, y luego muchas otras, durante el día. «En este año y medio he visto muchas películas, de Fellini, Visconti y muchas otras, lo mismo que hicieron mis amigos, luego por la noche comentamos por Zoom. Por supuesto, en el cine es otra cosa. El Covid, sin embargo, ha hecho pensar a mucha gente, en Estados Unidos todo es trabajo, trabajo, trabajo, pero muchos amigos han redescubierto la vida en la familia. Luego de los viajes, muchos ejecutivos siempre están en el camino, pero algunas cosas también se pueden resolver a través de Zoom. A veces me piden que vaya a San Francisco una noche para cenar, pero es pesado».

Su relación con las redes sociales, sin embargo, no es la mejor. «No soy un gran especialista, estoy en esa edad en la que las computadoras no se entienden bien, los actores requerimos Instagram, me explicaron que es como una postal, así que escribo mensajes como una postal, como: ‘Estoy en Bolonia, hola’. Ahora es un poco como una disciplina, como ir a hacer gimnasia, casi todos los días publico algo porque hay que hacerlo.

En América los productores prefieren a los actores que tienen muchos seguidores, veo actrices modernas que tienen 20-30 millones, tengo 350 mil, nunca llegaré allí, tal vez tenga que desnudarme para tenerlas, pero ahora soy parte de una generación antigua, como mi padre me parecía de una generación antigua «.

Y ahora, cuando tiene casi 70 años, lo que más le molesta es esperar. «Ahora me interesa más escribir y hacer monólogos, lo disfruto mucho más, no es que no me guste la actuación, no me gusta esperar y los actores siempre esperan, que las luces estén listas, la escena esté lista, días enteros dentro de los hoteles, ya no me gusta, de hecho trabajo mucho menos».

CON INFORMACIÓN DE ANSA

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