ROMA.- Que la bóveda musical e inspiradora de PRINCE estaba llena de música inédita era conocida por todos, al igual que el conflicto entre su bulimia creativa y la continua guerra con la industria musical resultaba en comportamientos difíciles de entender. Al escuchar WELCOME 2 AMERICA, recién estrenada seis años después de su prematura muerte, uno no puede evitar preguntarse qué llevó a Prince a no publicarla, como por otro lado hizo con la legendaria Camille o con Roadhouse Garden, un reencuentro del disco de Revolución.

Pero en 2010, el año de su grabación, su carrera discográfica ciertamente no estuvo a la altura de su genio, si se piensa que algunos de sus álbumes fueron regalados en conciertos o adscritos a periódicos. Su fama como un artista extraordinario había vuelto a su apogeo gracias al Super Bowl Half Time Show o las legendarias 21 noches en el O2 Arena de Londres.

Welcome 2 America es el mejor disco de los últimos veinte años de la carrera de Prince, con letras llenas de compromiso que recuerdan los tiempos de Sign O’The Times y una riqueza musical que ciertamente no pertenece a las otras grabaciones de la época.
Soul, funk y rock son las coordenadas sobre las que se mueve Welcome 2 America, con homenajes al sumo sacerdote del soul funk que enganchó a Curtis Mayfield en Born 2 Die, balada en 6/8 con el falsete divino en When She Comes, el atractivo y apasionante One Day We All Be Free, el hipnótico funk construido sobre un riff bajo de la canción que da título al álbum que, con sus digresiones jazzísticas y voces superpuestas, suena como nieto de Sign O’The Times.

Su legendaria hostilidad hacia la industria se confía a Running Game (Son of a Slave Master), el ecologismo se cuenta en las sofisticadas líneas musicales de 1000 Light Years From Here, un ensayo sobre la capacidad de Prince para reconciliar la complejidad con la pegadiza. No todo está a la altura de las obras maestras de su carrera, incluida la portada de Stand Up and B Strong de Soul Asylum, un hecho insólito para un artista con la extraordinaria capacidad de saber transformar la música de los demás en algo propio.
Welcome 2 America nació de una serie de jam sessions dirigidas por Prince con el entonces bajista de veinte años Tal Wilkenfeld, quien tocó con Jeff Beck y con el baterista Chris Coleman, un músico experimentado con experiencias con Chaka Khan, Christina Aguilera, Babyface.

La postproducción fue cuidada con elegancia y discreción por Morris Hayes. Si no se encuentra una respuesta a por qué este disco se ha quedado en los cajones, se puede decir que hoy Welcome 2 America representa uno de los pocos títulos de la década de 2000 a la altura de su mejor discografía.
CON INFORMACIÓN DE ANSA
TV&SHOW/ Rondero’s Medios
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