Con todo y que Televisa vive el sueño de los justos, tan aletargada y autocensurada que a su máxima estrella, la única diva viviente mexicana, le dejó aplazada su bioserie producida por Carla Estrada, a grado tal que primero salió la producción de LA GUZMÁN por Imagen Televisión, SILVIA PINAL…FRENTE A TI, que se estrena este dominguito sagrado a las 22 horas por Las Estrellas, tiene otra factura de producción, primero porque la vida y obra de Silvia Pinal está muy por arriba de su hija Alejandra Guzmán y porque ha sido cuidada a detalle.
Para una bioserie, más que escándalos e infortunios, es, antes que todo, la personalidad y aportación de la o el protagonista, y luego la estructura y narrativa que tendrán cada uno de los capítulos. Silvia Pinal tiene todo eso y más para una bioserie que, esperamos los telévoros, permita de primera mano, dar a conocer lo que ha sido esta primera actriz, emprendedora y productora. Por supuesto, en la medida que esté bien dirigida Itatí Cantoral, sin sus consabidas sobre actuaciones, la meta podrá ser cumplida.
UN DATO:
Nacida de madre soltera, Silvia Pinal, a los cinco años, comienza una vida junto a su padre, don Luis Pinal. En un viaje al DF conoce en la XEW a Moisés Pasquel, quien se hace su amigo sin revelarle que él es su padre biológico.
Al enterarse de esta relación, Merilú, la madre, y Luis, hacen a un lado sus recelos y autorizan a Silvia para seguir viendo a Moisés; la relación crece hasta que la familia de Moisés se entera y este se ve afectado, por lo que le prohíbe a Silvia llamarle papá; ella, dolida, reconoce que su único padre es don Luis Pinal, apellido que llevará siempre con orgullo.
ESTRUCTURA:
Esta serie es un viaje al México de antaño, al detrás de cámaras de los rodajes de sus películas y programas, en los inicios de su carrera como actriz en 1948, y su camino al éxito.
Silvia se casa con el también actor Rafael Banquells, con la creencia de que sólo casándose alcanzará la libertad que tanto anhela, pero pronto descubre que las cosas no son como imaginaba. La carrera de Rafael entra en una fase de estancamiento, mientras que la de Silvia no para de crecer, con lo que el peso económico de la nueva familia recae sobre ella.
Durante el rodaje de El rey del Barrio, al lado de Tin Tan, Silvia se entera que está embarazada, continúa trabajando y la labor de parto la sorprende en pleno escenario. El nacimiento de su primera hija, Livia, agudiza la presión económica. Silvia tendrá que conciliar su rol de madre con el de actriz. No se siente apoyada por Rafael y la relación empieza a deteriorarse.
La que hasta entonces ha sido la damita joven del cine mexicano, su productor Gregorio Wallerstein la invita a transformarse en una mujer sexy para conquistar el papel protagónico en la pantalla grande al lado de Arturo de Córdova. Silvia y Arturo viven un intenso romance durante el rodaje. Con sus ahorros, Silvia compra un terreno en El Pedregal, donde construirá la casa de sus sueños y en la que vive actualmente.
En 1957, Emilio y Silvia inician un romance, durante un viaje a Nueva York, deciden asociarse para producir la primera obra de teatro musical en México: Ring, Ring, llama el amor. Luego de esto, la pareja acepta que nunca podrá casarse y rompe definitivamente, entonces su amor se transforma en una duradera y profunda amistad.
Silvia tiene amores y desamores siempre siendo su refugio el trabajo. Mientras su vida amorosa no se resuelve, su vida profesional va en ascenso.
A comienzos de los sesentas, Silvia vuelve a encontrar el amor en Gustavo Alatriste, y también al productor de su siguiente película con Luis Buñuel, Viridiana, hasta hoy, la única película de habla hispana que ha ganado la Palma de Oro en el Festival de Cannes en Francia. De este segundo matrimonio nace Viridiana Alatriste, la segunda hija de la actriz.
El ascenso profesional continúa, también los desamores. Llega a su vida Felipe Román un cantante juvenil de éxito en los años 60, con quien se casa y procrea dos hijos. Este será un matrimonio divertido y tormentoso en el que Silvia conoce el maltrato físico y psicológico en carne propia.
Luego del trago amargo de la relación con Felipe Román, Silvia sale adelante revaluándose como mujer. Conoce en Acapulco a Fernando Frade, con quien vive por varios años. La pareja termina cuando él se ve involucrado en la adicción a las drogas. Al tiempo, Fernando será el esposo de su hija mayor y procrean una niña, Viridiana Frade.
Sin embargo, el golpe más duro en la vida de Silvia Pinal es la muerte de su hija Viridiana Alatriste en un trágico accidente, y aunque busca refugio en su trabajo como actriz para seguir adelante, esta es una herida que nunca sanará.
Silvia se casa por cuarta ocasión con el gobernador de Tlaxcala, Tulio Hernández, convirtiéndose en la primera dama de ese estado y así descubre su vocación por la política. También ocupa la presidencia en la Asociación de Productores de Teatro (Protea), donde es acusada de malversación de fondos y tiene que exilarse por casi un año en Miami, regresando a México hasta que la justicia la absuelve de todo cargo.
FOTOS: Lourdes Córdoba
TV&SHOW / Rondero’s Medios
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