Una ficción nada convencional y de lectura a profundidad, LOS 120 DÍAS DE SODOMA (Editores Mexicanos Unidos, S. A., 131 páginas), es una novela de Donatien Alphonse François de Sade, mejor conocido como el Marqués de Sade, quien comenzó a escribir este libro en 1785 cuando estuvo recluido en La Bastilla, en París, Francia.
¿DE QUÉ TRATA?
El libro es una réplica violenta a la moral de la monarquía y de las clases privilegiadas de esa época. Sade expresó su repulsión al sistema absolutista que imperaba en el siglo XVIII, pues ese régimen lo enjuició varias veces a lo largo de su vida y fue encarcelado por tortura, libertinaje e intento de homicidio. En su manifiesto introduce a cuatro personajes principales: el duque de Blangis, el juez Curval, el banquero Durcet y el obispo.
Los cuatro poderes de Francia son representados maliciosamente en héroes, expresado así en el texto, quienes dominan a la sociedad y la utilizan para complacer sus deseos, como un juego de póker, e intercambian a los sodomizados dependiendo de sus necesidades particulares.

La escuela de libertinaje, el otro nombre con el que se conoce la obra, explica los detalles físicos, mentales y emocionales de cada protagonista, así como las escenas de dolor, crueldad, misoginia y degradación en los cuales participan. Lo anterior puede ocasionar aversión en el lector o en su defecto una fuga de su propia perversión.
Es una lectura con mucha carga política e instinto sexual, de lenguaje explícito y vulgar;, pero deja una enseñanza para quien lo lee al conocer un poco más sobre su propia condición humana. La pulsión sexual se manifiesta a lo largo del escrito y hace referencia a los deseos primitivos.

SADE PERDURA
Hay párrafos que pueden considerarse complejos al leerlos y para facilitar su comprensión es necesario ambientarse en la época de la obra, donde el prólogo juega un papel muy importante para ello.
Sin embargo, su aporte al entendimiento de la sexualidad humana y las diferentes facetas del erotismo se muestran no sólo como una necesidad fisiológica sino como una carestía que pide ser satisfecha de una manera particular, pulsiona intermitentemente.
LA PREGUNTA:
¿Hasta dónde el ser humano ha sido sodomizado por el gobierno en beneficio de la esclavitud o que tanto ha participado las personas para crear una sociedad libre de complejos?
“Y ahora, querido lector, has terminado de leer nuestras historias de la Escuela de Libertinaje (…) ¿Desprecias a nuestros libertinos por practicar tal o cual vicio? Pues bien, también ellos te desprecian por practicar tal o cual virtud. En último análisis, a nadie le importa…”
DATOS:
- Donatien Alphonse François nació el 2 de junio de 1740 y murió el 2 de diciembre de 1814.
- Sade le daba mucha importancia a la numerología y su lectura estaba estructurada por dicho fundamento: los horarios, días, meses, edades, comportamientos, entre otras características, daban cuenta de ello.
CON LETRA GRANDE
Por Saelim Fernando
TV&SHOW / Rondero’s Medios
Sin duda, las referencias literarias de este calibre en espacios de comunicación inspiran a pensar que NO-todo esta perdido, dicho esto, me uno a la crítica plasmada sobre el texto y el autor.
Sade, escritor maldito, adjetivizado así por la ideología dominante de su época (que no dista mucho de la actual), ha sido un referente político de nuestros tiempos, más allá de la lectura superficial sobre el caracter erótico de sus obras (habrá que saber leer a Sade), su narrativa nos sumerge violentamente en estéticas verticales de poder (amo/esclavo, sádico/masoquista), evidenciando quizá una dicha en la esclavitud, inspirado en la subjetividad de su época que nos traslada a la actual, en donde en el ejercicio simbólico de sus personajes no hace jugar incluso con lo cotidiano. Sade no se encuentra velado por la palabra, la explota y reduce la realidad a construcciones sádicas prolongadas.
Sin duda la obra de Sade conjuga en la mesa la política y la ética desde un lugar tercero (que es desde mi opinión lo que el autor denuncia), y posiciona al lector como un testigo que mira (sin creer que está inmiscuido), siendo cómplice desde su propia contemporaneidad. Al leer a Sade, me atrevería a preguntar:
¿Es la ética sadiana una nueva forma de estar juntos?
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