Juanga, de cenizas presente…

Por vez primera en el funeral de un ídolo y celebridad como Juan Gabriel, a realizarse este lunes en el Palacio de Bellas Artes, no será de cuerpo presente, como ha ocurrido en otros casos como Pedro Infante, Mario Moreno Cantinflas, María Félix, Consuelito Velázquez, Chavela Vargas, Lola Beltrán y Agustín Lara.

Las cenizas de Juan Gabriel, de las cuales sólo dan fe los familiares más cercanos de El Divo de Juárez, serán colocadas en una urna al interior de la escalinata del recinto cultural y artístico más importante en México, donde según cálculos preliminares se esperan al menos 700 mil personas, con una cobertura por la telera nuestra de cada día que comenzará desde la mañana y continuará durante todo el día y noche hasta el martes al caer la noche.

Al momento se han transmitido más de 200 horas al aire por la telera abierta de Televisa y TV Azteca, así como cadenas que han enviado camarógrafos y reporteros, como Univisión y Telemundo, así como de diversos países, entre los que figuran Chile y Perú, con la presencia de RPP Noticias.

Curiosamente, entre las costumbres funerarias del México antiguo, la cremación era común, sobre todo para los tlaloque, «reyes», y los nobles. En las fuentes históricas hay poca información sobre la razón de la cremación. pero nuestros ancestros consideraban que «después de morir habían de quemar los cuerpos y guardar las cenizas porque esperaban que Mictlantecuhtli, dios del infierno, los dejaría salir y así resucitarían otra vez».

Por lo pronto, TV Azteca es quien más horas ha dedicado a Juan Gabriel y hasta los «Académicos» se aventaron sus fallidos «palomazos» en especial conducido por Raquel Bigorra.

En unos instantes, ambas televisoras, Televisa y TV Azteca, en buena parte frustradas por no poder tener una cobertura como hubiera sido de «cuerpo presente», transmitirán los homenajes que se realizarán a Juan Gabriel en Ciudad Juárez, Chihuahua, siendo Parácuaro, Michoacán, el sitio más ninguneado por los familiares, sitio en el que nació el cantautor y en el que está enterrada su progenitora.