Fue todo un hombre, no sólo el más grande boxeador de todos los tiempos, el que desafió al sistema del país más poderoso del mundo, negándose a enrolarse en el ejército y combatir en Vietnam, sabedor de que perdería su licencia como boxeador, lo que más amaba.
En I Am Alí, por NETFLIX, un documental de Claire Lewins, se relata con testimonios de sus más cercanos familiares y amigos, la vida de Cassius Clay, convertido en Muhammad Alí, porque, a decir del mismo Ali, ese nombre era el de un esclavo, su tatarabuelo.

La muerte de Alí rememora a quienes le acompañaron en su vida pletórica de éxitos, fracasos y escándalos, como su entrenador Angelo Dundee y Gene Kilroy, su mánager, o Rahaman Ali, su hermano, quien muestra a la cámara dónde vivió la familia en esos primeros años de quien estaba destinado a ser el “Más Grande”.

“No soy un engreído, soy un convencido, porque con 12 años ya sabía lo que quería, después de todo sigo siendo el más grande”, dice un Alí desaforado en el hablar y maestro de la gesticulación, que lo hicieron famoso en los medios durante los convulsionados sesenta.
¡Ali, Ali! se escucha por doquier en este documental de colección que evoca al héroe de mil batallas, el mismo que ayer perdió ayer por decisión unánime.
Ver para creer. Telévoros: ¡Uníos!
Por Roberto Rondero/ Rondero’s Medios



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