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«A Lien», el cortometraje de acción real que aspira al Oscar, de los hermanos Cutler-Kreutz

NUEVA YORK.- Nacieron en Nueva Jersey y son anglosajones, por lo que no han sufrido en carne propia los pesares migratorios que afectan a una buena parte de la comunidad latinoamericana en los Estados Unidos, y que se han visto sin duda alguna incrementados de manera vertiginosa tras la toma de poder de Donald Trump.

Pero eso no quiere decir que los hermanos David y Sam Cutler-Kreutz sean indiferentes al sufrimiento de los nuestros, como lo prueba su más reciente cortometraje, A LIEN, que escribieron y dirigieron juntos.

El trabajo, que se encuentra nominado al Oscar en la categoría de Mejor Cortometraje de Acción Real, presenta a un matrimonio interracial conformado por un indocumentado salvadoreño y una estadounidense anglosajona (interpretados por Victoria Ratermanis y William Martínez) que asiste a una decisiva cita de Inmigración acompañado por su pequeña hija.

Pese a estar siguiendo de manera correcta los trámites exigidos para la regularización del primero y a encontrarse en medio de una entrevista supuestamente rutinaria, la pareja se enfrenta súbitamente al arresto arbitrario del centroamericano en manos de agentes del ICE.

“Sam y yo estamos realmente interesados en la política, lo que nos llevó a hablar de inmigración y a escribir una historia sobre el proceso que se requería para obtener la ‘green card’”, dijo David. “Mientras hacíamos la investigación necesaria para desarrollarla, encontramos un artículo en el New York Times sobre este mismo asunto, donde se le tiende una especie de trampa a quienes se encuentran en la etapa final de su proceso migratorio”.

El aspecto masivo de esta práctica, que dio pie a una demanda colectiva en Maryland, hizo que los Cutler-Kreutz invirtieran un periodo de tiempo considerable en conversaciones con personas afectadas por procesos similares y con abogados especializados, para poder plasmar de manera adecuada en la pantalla una estrategia que consideran “increíblemente inhumana”.

El origen de la conciencia

“Como cineastas, sentimos que nuestro papel es absorber el espíritu cultural de la época, y obviamente, en Estados Unidos, la inmigración nos rodea todo el tiempo”, dijo Sam. “La historia familiar de cualquiera que viva aquí, incluyendo la nuestra, involucra a inmigrantes de todos los orígenes, y eso hace que se trate de una parte muy importante del debate nacional”.

“En nuestras películas, nos interesa particularmente desarrollar la empatía, hacer que los espectadores se pongan en la piel de otras personas”, añadió el mismo director. “Estamos abrumados por un entorno mediático que, a lo largo de los últimos 10 años, solo nos ha ofrecido ruido y caos, bombardeándonos con estadísticas y números que dejan de lado el aspecto humano del problema”.

Sam mencionó a la empatía, es decir, una habilidad de la que muchos parecen carecer en los tiempos que vivimos, marcados por una polarización extrema y unas muestras de odio que no se limitan al país en el que nos encontramos. ¿Cómo es que ellos mismos lograron acceder a ella?

“Nuestros padres fueron muy influyentes en esto, por lo que tengo que darles un reconocimiento”, dijo Sam. “A lo largo de nuestra infancia, sin descanso, nos demostraron lo importante que era defender sus causas particulares, porque los dos son activistas del medio ambiente que pusieron siempre su dinero donde estaban sus bocas y que nos criaron de esa manera”.

Esa educación incluyó largas conversaciones entre los dos hermanos que se encontraban dedicadas a la creación de historias y que fueron fomentadas por el hecho de que en el hogar en el que vivían no había un solo aparato de televisión. Cuando crecieron, colaborar en la escritura de guiones pareció ser una simple extensión de lo que habían hecho durante la infancia.

Los antecedentes

Esta no es la primera vez que los hermanos tienen a un personaje latino en sus trabajos. Trap (2024), su cortometraje anterior, tenía como protagonista a un conserje hispano de escuela que hablaba en español con su esposa y que se enfrentaba a unos estudiantes blancos privilegiados abocados a la preparación de una broma de graduación muy poco amable después del horario de clases.

“En esa película, la pregunta esencial que nos planteamos era: ‘¿Cuáles son las raíces de ese privilegio blanco, y cómo afecta este a los demás habitantes del país’?”, nos dijo David. “Nuestra madre enseñaba en una escuela, y nosotros, de pequeños, corríamos por los pasillos durante la noche”, retomó Sam. “Nos pareció que la estructura de poder que existe en esos lugares se prestaba perfectamente para hablar de la diferencia de clases en nuestra sociedad”.

Antes de Trap, los Cutler-Kreutz hicieron Flounder (2022), un corto que trataba sobre la mentalidad de los hermanos de fraternidad, que puede ser bastante tóxica, lo que indica que, desde el inicio de su carrera, el dúo ha mostrado una clara disposición para poner en evidencia los hábitos de la cultura estadounidense que les parecen cuestionables.

“Siempre miramos las cosas que pasan a nuestro alrededor y pensamos: ‘¿Queremos ser realmente asi como país?’”, dijo Sam. “En todos nuestros trabajos, la temática ha sido similar, pero explorada desde diferentes ángulos”.

CON INFORMACIÓN DE ANSA

TV&SHOW/ Rondero’s medios

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