“Cuando me enteré -en enero de 2017- que Alfonso Cuarón filmaba escenas de su película “Roma” recreando el “halconazo”, vinieron a mí mente dos fechas terriblemente coincidentes”: 10 de junio de 1971 y 10 de marzo de 1972.
“De inmediato corrí a mí archivo personal y saqué aquella nota que el 10 de junio de 1971 escribí a mano en una hoja de papel con el logotipo del Canal 8 de Televisión Independiente de México, lugar donde se inició una historia que me ha acompañado a lo largo de ya casi medio siglo:
“Hoy jueves (10 de junio) por la mañana hablé por teléfono con Ramón Valdés, quien me contó que en dos semanas (el domingo 20 de junio) entrará al aire el nuevo programa de Chespirito en el (Canal) 8, se llamará “El Chavo del Ocho”. También hoy (a las once) acompañe a ZOVEK a las instalaciones de Televicentro donde supervisó el diseño de la utilería (que utilizaría en su quinta presentación en “Siempre en Domingo”).
Después fuimos a la colonia del Valle, al departamento de René Cardona (quien le propuso filmar 8 películas, el rodaje de la primera se iniciaría 4 meses después, el 11 de octubre). Regresamos a su casa (entre las cinco y las seis de la tarde) para comer postre argentino (trozos de jalea, queso panela y pan negro) y sangría (limonada con vino tinto); luego estuvimos practicando esgrima afuera de su departamento desde las siete y hasta las diez de la noche, hora en que acompañado por su esposa finalmente me llevó a la casa de mis papás. 10 de junio de 1971”.
“He de precisar que de la trascripción de las palabras anteriores, lo puesto entre paréntesis son acotaciones actuales, a las que agrego que, aunque para entonces yo “trabajaba” en el Canal 2 de TSM, aún conservaba a distancia mi amistad con “Chespirito” y Ramón Valdés, quienes continuaron en TIM Canal 8 hasta la fusión de ambas empresas –en noviembre de 1972–, un año 5 meses después cuando nació Televisa.
“Sobre lo que esa tarde había sucedido en San Cosme, como la mayoría, me enteré mínimamente por la información que en la noche difundieron dosificadamente el periodista Jacobo Zabludowsky y su reportero Joaquín López Dóriga en el noticiario “24 Horas”, transmitido por el Canal 2.
Nueve meses después, -el tiempo de una gestación humana-, trágica e increíblemente falleció mi maestro y amigo el Profesor ZOVEK. Fue el 10 de marzo de 1972.
Hace dos años a dos de sus hijos les expresé mi duda acerca de cómo sería presentado su papá en la película “Roma”, inquietud que creció cuando un buen amigo de siempre, Daniel Lares Muñoz, me avisó que el luchador Latin Lover era el actor intérprete de ZOVEK. La expectación se despejó en diciembre del 2018 cuando contemplamos las dos escenas en las que el Profesor fue incluido.
Tanto a la viuda, Josefina Carrillo, como a sus hijos, un servidor y muchas más personas, expresamos nuestra decepción junto con el agradecimiento obligado a Cuarón por haber revivido al Profesor ZOVEK, reposicionándolo en los recuerdos de quienes lo conocieron y revelándolo ante quienes ni se imaginaban siquiera que realmente existió tan importante figura.
Durante cuarenta y seis años, en torno al hombre más increíble que se haya conocido -y hasta la fecha no igualado-, se fue bordando una leyenda negra aprovechando que él ya no podía defenderse. Fue mediante un malvado rumor esparcido, involucrándolo en algo en lo que directamente él nunca tuvo nada que ver.
Su público jamás creyó tan perversa versión y siguió guardando en su memoria la imagen del maestro admirable y respetado, misma que con el paso de los años se fue diluyendo hasta que las siguientes generaciones solo llegaron a saber de él por las dos únicas películas que filmó y que periódicamente han sido exhibidas en la televisión o en alguna página a través del Internet.
Dichos filmes no reflejan -salvo las escenas de escapismo-, al verdadero Profesor ZOVEK y, muchísimo menos, tampoco lo hace la persistente leyenda que ha sido reavivada en “Roma” por el cineasta Alfonso Cuarón, para quien “fue un evento muy específico en su vida porque, a lo largo de los años, debido a eso, hubo más conversaciones», tal como lo declaró recientemente -el 16 de enero pasado-, a Scott Johnson periodista de The Hoollywood Reporter.
Con el artículo “La política de ‘Roma’: Un viaje a través del turbulento pasado de la Ciudad de México y el presente dividido de América”, se despeja otra de las dudas que teníamos acerca de por qué Cuarón había incluido precisamente al Profesor ZOVEK en su historia:
“Cuarón también obtuvo cierta licencia artística, imbuyendo virtualmente cada paso del viaje de ‘Cleo’ (su protagonista) con marcadores políticos reconocibles para cualquier mexicano que vivió el tumulto de los años sesenta y setenta. Existe, por ejemplo, el carácter inolvidable del Profesor ZOVEK, con quien ‘Cleo’ se encuentra mientras busca a su antiguo novio, quien luego de dejarla se ha unido a un paramilitar al estilo -sic- hawk”.
“ZOVEK fue el nombre artístico de una persona real, Francisco Xavier Chapa Del Bosque, quien esculpió un breve pero luminoso camino a través de la juventud de México de Cuarón como un artista de escape y atleta del espectacular, conocido por hazañas audaces como tirar autos con solo su boca, un truco -sic- que se muestra en la película”.
Scott Johnson comentó que ‘Cleo’ conoce en persona a ZOVEK cuando este se presenta sorpresivamente en un campo lleno de paramilitares, para hablarles del dominio de la mente y las emociones.
El reportero de The Hoollywood Reporter sostiene que: “Hay pocas pruebas sólidas de que ZOVEK, quien murió en 1972, estaba realmente en connivencia con el gobierno o que sus hazañas públicas de fuerza y entrenamiento estaban destinadas a fines distintos del simple entretenimiento”.
Johnson agregó: “Y tras la llegada de ‘Roma’, varios miembros de su familia agradecieron a Cuarón por honrar la memoria del intérprete mientras insistían gentilmente en que ZOVEK no tenía nada que ver con las masacres de estudiantes”.
Sin embargo, precisó: “Cuarón, cuya experiencia de la infancia con ZOVEK se limitó a sus apariciones semanales en un programa de televisión dominical llamado ‘Siempre en Domingo’, lo coloca en ‘Roma’ en el centro de una conspiración de derechas para deslegitimar y destruir el movimiento estudiantil. De esta manera, Cuarón hace al Profesor ZOVEK, posiblemente el artista más proletario de la era, un poderoso tótem político”.
Más allá de ciertas imprecisiones, resulta bastante alentadora esta percepción icónica hecha por un periodista extranjero quien la capta debido a su conversación con el laureado cineasta mexicano.
En ROMA, Cuarón nos muestra el momento mágico en el que “Cleo”, otros espectadores y los jóvenes que eran entrenados por un militar, asombrados descubren la presencia del Profesor ZOVEK quien realiza una hazaña nada espectacular y que en la vida real él definía como la posición “Khan” (evocando una leyenda relacionada con Genghis Khan).
Un ejercicio consistente en pararse en un solo pie, con los ojos cerrados, con ambas manos unidas por encima de la cabeza y con la otra pierna flexionada de tal modo que la punta del otro pie toque la rodilla opuesta, manteniendo dicha posición durante horas.
El reto, -sintetizado por razón de tiempo-, no logran cumplirlo la totalidad de quienes aparecen en la escena. Únicamente “Cleo”, quien así muestra su perfil de personaje equilibrante en la historia cinematográfica y, sin darse cuenta, se convierte en discípula del Profesor ZOVEK.
A través de casi cinco décadas he honrado la memoria de mi maestro y amigo, el Increíble Profesor ZOVEK, incluso ante la incomprensión de propios y extraños, producto de desinformación y “equilibrio”. Ese equilibrio que Alfonso Cuarón está trayendo y que, a título personal le agradezco sentidamente.
La publicación del The Hoollywood Reporter nos revela los altos valores sociales de Alfonso Cuarón, su identificación con las causas justas y el reconocimiento implícito de ZOVEK como un referente histórico fuera de serie.
Por Carlos Hernández Valdés “El Amigo de Siempre”
TV&SHOW / Rondero’s Medios
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