Robert De Niro, duro y directo contra Trump en Cannes: «Sus ataques son inaceptables»

CANNES.-  ROBERT DE NIRO recibió la Palma de Oro honorífica de manos de su amigo Leonardo DiCaprio y pronunció un discurso fuerte, político y muy comprometido.

«El presidente filisteo de Estados Unidos» empezó recortando ayudas para el arte, los derechos humanos y la educación, recordó De Niro, que en ningún momento pronunció el nombre de Trump. «Y ahora quiere imponer un cien por cien de aranceles para las películas producidas fuera de Estados Unidos».

«La creatividad no tiene precio (…), sus ataques son inaceptables», afirmó el veterano actor, para quien no se trata de un problema solo de su país, sino de una situación global y por eso pidió que haya una reacción, «hoy, sin violencia y con determinación».

Porque el arte es democrático, inclusivo y une a la gente, abraza la diversidad y por eso es una amenaza. «Somos una amenaza para los autócratas y los fascistas de este mundo», dijo De Niro, con todo el auditorio del Grand Théâtre Lumiêre de Cannes en pie.

«Gracias por estar aquí conmigo, por mí, en esta noche tan especial… Muchas gracias, muchas gracias. Muchas gracias a toda la comunidad, a este universo, a todos aquellos que aman contar historias grandes, fuertes, profundas.

«La primera vez que vine aquí fue en 1973 con Martin Scorsese para Malas calles, y 50 años después estoy aquí de nuevo con Asesinos de la luna de flores, de nuevo con Martin. Y mientras tanto, entre una película y otra, venía con las películas de Bernardo Bertolucci, Roland Joffé, Sergio Leone, John McNaughton, Irwin Winkler, Barry Levinson… Y luego otra vez con Scorsese.

«Fui presidente del jurado, vine como espectador, como cinéfilo. Este es mi lugar, mi comunidad. Aquí es donde me encanta conectarme con aquellos que comparten esta pasión. El Festival es una plataforma de ideas, una celebración de nuestro trabajo, es un combustible para nuestros proyectos. Ahí fue donde Paul Schrader, entonces crítico de Film Comment, nos dio a Scorsese y a mí el guión que había escrito: me pareció genial. Cannes es una tierra fértil y, tranquila -en un sentido creativo- siempre ha sido un punto de encuentro.

Fue aquí donde, junto con Jane Rosenthal y Craig Hatkoff, se nos ocurrió la idea de lanzar el Festival de Cine de Tribeca en 2002. La intención era, en primer lugar, unir a la gente, después de la conmoción del 11 de septiembre. Y a partir de ahí creció, se convirtió en un pequeño evento internacional. Nos inspiramos en el espíritu de Cannes. Y estamos orgullosos de ser, como Cannes, conocidos por ser democráticos y abiertos al mundo. Democrático. Es una palabra que me encanta pronunciar.

Una palabra que hoy es más importante que nunca, en mi país. Estamos luchando. Luchamos arduamente para defender la democracia, que hemos dado por sentada durante demasiado tiempo. Y nos concierne a todos, nos concierne a cada uno de nosotros. Porque el arte es democracia. El arte es inclusivo, une a las personas, busca la libertad, refleja la diversidad.

Y es por eso que el arte es visto como una amenaza por autócratas y fascistas en todo el mundo. El actual presidente filisteo de los Estados Unidos ha ido más lejos que nunca en la destrucción de nuestras instituciones. Ha recortado fondos para las humanidades, para la educación superior… Y ahora ha anunciado un arancel aduanero del 100% para las películas producidas en el extranjero. Detengámonos un momento para reflexionar. La creatividad no tiene precio. Sin embargo, intentan ponerle un precio. Es inaceptable. Todos estos ataques son inaceptables.

«Y no son solo un problema estadounidense, son un problema global. A diferencia de una película, no podemos sentarnos a mirar. Debemos actuar. Debemos actuar ahora. Sin violencia, pero con pasión y determinación. El momento es ahora. Los que aman la libertad deben organizarse, protestar, votar. Y en los próximos 11 días, a través de este festival, a través del homenaje al arte, queremos mostrar nuestro compromiso. Libertad. Igualdad. Hermandad».

CON INFORMACIÓN DE ANSA

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