La coronación de Carlos III, de las grandes e históricas coberturas mediáticas

LONDRES.- El rey Carlos III y la reina Camila, son oficialmente coronados soberanos, han llegado al Palacio de Buckingham en una cobertura mediática pocas veces vistas a nivel mundial.

El rey Carlos III y la reina Camila abandonaron la Abadía de Westminster en Londres para regresar al Palacio de Buckingham después de su coronación. La liturgia duró unas 2 horas en total, más corta que la anterior: la coronación en 1953, hace 70 años, de la reina Isabel II, madre de Carlos, que murió a los 96 años tras un reinado récord el pasado 8 de septiembre.

Los soberanos estuvieron acompañados a la salida por el canto coral del himno nacional (God Save the King), así como por el son del himno de celebración compuesto ad hoc para el acto de hoy por Sir Andrew Lloyd Webber, autor legendario de musicales de renombre mundial, después de los diversos himnos sagrados que marcaron el rito religioso: de tradición anglicana, latina y greco-ortodoxa en memoria de los orígenes del Príncipe Felipe, difunto padre del rey.

En la entrada, Carlos -el monarca más antiguo jamás coronado en la isla británica- recibió saludos y bendiciones, por primera vez en la historia nacional, también de líderes religiosos de religiones no cristianas practicadas en el Reino: un musulmán, un judío, un hindú, un budista, un sikh.

Luego, el Rey y la Reina tomaron asiento en el Gold State Coach, un antiguo carruaje dorado construido en 1762 y utilizado en todas las coronaciones británicas desde 1831 en adelante. Detrás de ellos, un segundo carruaje que transportaba al heredero al trono William, Príncipe de Gales, su esposa Kate y sus tres hijos.

La procesión del desfile, flanqueada entre ecos de campanas y marchas militares por la escolta de honor de miles de guardias uniformados, partió así – saludada por alas de la multitud alineada a lo largo del todo el viaje con vítores y banderas ondeando – en el camino de regreso al palacio. Donde a primera hora de la tarde está prevista la tradicional salida al balcón de la Familia Real, para saludar a los súbditos, con el trasfondo de salvas de cañonazos, desfiles de departamentos de honor y el esperado paso sobre el (gris) cielo londinense de las Flechas Rojas , la patrulla aérea acrobática de la RAF.