¿Al fin podrá descansar en paz la maestra y sufrida madre Esperanza (Betty Monroe) de su productor Juan Osorio en SUEÑO DE AMOR? Hoy, esperemos, merezca por piedad cerrar los ojos, víctima de todo cuanto pudiera ocurrirle a una protagónica cuyo pecado mortal fue no agradar al Dios Rating, como si de ella dependiera y no de una telenovela sin pies ni cabeza, con tantas tramas y subtramas que ni el mismo elenco supo a lo que se enfrentaba.
A Esperanza no la quisieron matar, como debió ocurrir, por un cáncer terminal que le endilgó la producción. Betty Monroe sufrió el bullying telenovelero sin ser sepultada.
De nada valió raparse y quedarse calva mientras su otrora bien amado Cristian de la Fuente se daba tremendo revolcón con Marjorie de Sousa, quien fue llamada en la recta final para mejorar el rating.
El caso de Betty Monroe es una alerta roja para todas y todos aquellos migrantes de TV Azteca que piensan vivir en la isla de la fantasía en Televisa.
Cuando veas las barbas de tu vecino cortar pon las tuyas a remojar…
Ver para creer. Telévoros: ¡Uníos!
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Por Roberto Rondero / Rondero’s Medios

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