El show business en general y la telera nuestra de cada día en particular bien saben que el lema “renovarse o morir” adquiere más relevancia que nunca. Además de los protocolos, filtros sanitarios, distanciamiento y medidas cautelares para evitar los “rebrotes” en un México que ni siquiera ha controlado la propagación del Covid-19 y menos aún tiene un mínimo de certeza de si la curva es plana, achatada o cóncava, la industria del entretenimiento no puede esperar.
Televisión, teatro, cine, música, masivos, museos, presentaciones, conferencias de prensa, shows, se alistan a una de las mayores crisis y retos por enfrentar. Productores, directores, guionistas, crews, logística, equipos de producción, maquillistas, peinadores, staff, camarógrafos, directores de escena y de locación, asistentes, personal de seguridad, escenógrafos, ambientadores, no deberán dar nada por sentado. La previsión y prospectiva de escenarios, a saber el catastrófico, el neutral y el ideal, será la clave para reactivar el vital entretenimiento. Que si no puede haber besos –sean de mejilla, boca, lengua o apasionados- arrumacos, escenas de cama y regadera, luchas cuerpo a cuerpo, numerosos actores y actrices en escenas tanto en foro como en locación, la nueva normalidad no debe volverse ante el espectador reflejo de una nueva anormalidad, sino del momento real de un mundo que ya no es ni será el mismo. Ver para creer. Telévoros: ¡Uníos!






Por Roberto Rondero
TELÉVORO / TV&SHOW
0 comments on “¿Normalidad o anormalidad?”