A menos de dos años de la realización de la Copa del Mundo en nuestro país, con el Estadio Azteca como marco inaugural por tercera ocasión como anfitrión, un nuevo soborno sacude el mundo futbolero y en especial a una empresa televisora como Televisa y a Emilio Azcárraga Jean, quien optó por dimitir de su cargo como Presidente del Consejo de Administración.

Y el escándalo no solo comprende el mundial que se avecina, sino de los realizados en 2018, 2022 y 2026 y el de 2030.
Televisa solo ha manifestado que seguirá cooperando con la investigación, pero el Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha señalado que los presuntos sobornos hechos por Televisa –en 2023 la empresa accedió a pagar 95 millones de dólares como parte de un acuerdo por una demanda colectiva en EU-, fueron realizados a través de intermediarios, para influir en las decisiones de altos directivos de la FIFA sobre los derechos de transmisión.
Bochornoso caso que rememora aquel que dejó fuera a México de la Copa del Mundo de 1990 por los indeseables “cachirules” que falsificaron actas de nacimiento.
Por supuesto Televisa ha callado sin dar razones por la renuncia de su jefe máximo y solo uno de sus “achichincles”, léase David Faitelson, lanzó su mensaje plagado de servilismo, olvidándose de haber sido uno de los máximos delirantes opositores a la empresa que ahora le paga sus quincenas.

Ver para creer. Telévoros: ¡Uníos!
TV&SHOW/ Rondero’s medios


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