Con Letra Grande

CEREBRO DE PAN

¿Dónde hemos oído ¡alto a la adicción a los carbohidratos! ¡frena el consumo de gluten! ¡elimina los antojos de azúcar! ¡incorpora grasas saludables!? A estas preguntas que nos taladran día con día, el Dr. David Perlmutter, destacado neurólogo certificado en activo y miembro del Colegio Estadounidense de Nutrición, tiene respuestas concretas en “Cerebro de pan, las recetas” (Grijalbovital, 326 páginas), enmarcado en el “New York Times Bestseller”, con más de 150 recetas libres de gluten que, promete el autor, “transformarán tu salud y cambiarán tu vida para siempre”.

“Cerebro de pan” le da la bienvenida a una nueva forma de vida, con una sentencia tan antigua que fue escrita por Hipócrates, padre de la medicina moderna: “Deja que la comida sea tu medicina, y que la medicina sea tu comida”.

    CEREBRO ESQUIVO

David Perlmutter le pregunta de entrada a sus lectores: “¿Qué comes? A la mayoría de la gente la desconcertaría, e incluso habría quienes la considerarían ofensiva. Esperan que los interroguen sobre sus síntomas y los medicamentos que toman, no sobre sus elecciones alimenticias. Desafortunadamente, también esperan que se les receten más medicamentos, y no que se les sugieran modificaciones a sus hábitos alimenticios y de vida para tratar sus malestares”.

“La comida importa –añade el autor que forma parte del grupo de asesores médicos del programa “The Dr. Oz Show”-. Creo que elegir qué comemos es la decisión más importante que tomamos a diario en términos de nuestra salud y capacidad para prevenir y combatir las enfermedades. También creo que el cambio en la alimentación occidental que se ha ido gestando en el último siglo –de una dieta alta en grasa y baja en carbohidratos a la dieta actual, que es alta en carbohidratos y baja en gradas, y en esencia consiste en cereales y otros carbohidratos dañinos- es la raíz de muchos  de los padecimientos modernos relacionados con el cerebro, incluyendo cefaleas crónicas, insomnio, ansiedad, depresión, epilepsia, trastornos motrices, esquizofrenia, trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y aquellos momentos de ancianidad que muy probablemente auguran serios deterioros cognitivos y trastornos neurales irreversibles, intratables e incurables”.

Una revelación del destacado neurólogo: “Para sorpresa de muchos, el cerebro humano es mucho más susceptible a las elecciones nutricionales de lo que jamás imaginamos. Aunque es bien sabido que las dietas “para el corazón” ayudan a fortalecer el sistema cardiovascular, y que es posible prevenir la osteoporosis consumiendo bastante calcio y vitamina D, aún no se concibe en términos generales que sin duda podemos influir en el destino de la salud de nuestro cerebro –para bien o para mal- dependiendo de qué nos llevemos a la boca”.

“Durante los últimos treinta y tantos años he sido neurólogo practicante, y lidio a diario con un amplio espectro de trastornos neurológicos y tipos de demencia. Trabajo en un sistema de salud que por desgracia sigue intentando tratar a los pacientes con medicamentos fuertes, en lugar de curarlos por medio de la prevención. En el mundo actual se nos dice que podemos vivir la vida como queramos, sin importar nada….Y luego, si nuestra salud se ve afectada, corremos al médico para que nos dé las pastillas mágicas” que (quizá) aliviarán el problema. Sin embargo, rara vez se puede tomar una pastilla para un trastorno cerebral”.

Entre las 150 recetas de “Cerebro de pan”, se encuentran: ensalada tibia de acelga, tocino y almendras, jitomates rellenos de ensalada de camarón, tortilla española con queso manchego, jitomates con mozzarella, aguacate y albahaca, ejotes verdes con nuez de Castilla, verduras mixtas horneadas, betabel agridulce a la parrilla, lomo de falda sazonado a la parrilla, camarones al ajo, entre otros.

Por Roberto Rondero / Rondero’s Medios

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