Hombre versus mujer. Mujer versus hombre. Cerebros en lucha, tal es el intriángulis de “El conflicto de los sexos” (Ediciones B, 311 páginas), libro escrito por el Dr. Hugo Liaño (“Cerebro de hombre, cerebro de mujer”, que ofrece un exhaustivo análisis sobre el alcance de la colisión entre lo femenino y lo masculino en la sociedad, en el trabajo, en los afectos y en el sexo.
Profesor de neurología en la Universidad Autónoma de Madrid durante 41 años y Cruz de Honor de Oro de la Comunidad de Madrid, el Dr. Liaño explica que en “El conflicto de los sexos” se consideran las tensiones, conflictos e incluso las colisiones intersexuales.
CUAL RING
Dividido en cuatro partes –La batalla cuerpo a cuerpo, Orientación sexual: heterosexuales y homosexuales”, Cerebro femenino, cerebro masculino y Los cerebros en lid: armas de hombre, armas de mujer”, el libro del Dr. Liaño pregunta en las conclusiones ‘¿Hacia dónde vamos?
En ‘La batalla cuerpo a cuerpo’ –indica el autor-, “se exponen las diferentes condiciones entre los sexos de sus patrones hormonales, de sus características físicas, especialmente de tamaño y de fuerza, del vigor y grado de premura de los impulsos sexuales, y en definitiva se insiste en la explicación, que no en la justificación, de las agresiones, tensiones y enfrentamientos que se describe. De ahí que el título semeje un ring de lucha libre”.
En la segunda parte, se analiza la orientación sexual y, en especial, los factores constituciones y adquiridos que hay en la homosexualidad, así como las peculiaridades y diferencia entre la homosexualidad de los hombres y de las mujeres.
En la tercera parte, recuerda las diferencias entre los sexos en capacidades intelectuales, emocionales, de aprendizaje y de atención, e incluso de preferencias estéticas.
En el último capítulo, ya conocidas las diferencias entre los sexos y la naturaleza de sus conflictos, se van a ver plasmados en la sociedad en que nos ha tocado vivir”.
…”La biología reproductora de la especie –agrega Liaño- hace que el interés sexual sea cíclico en la mujer, que ovula por un reloj biológico, cuando aumenta el nivel de estradiol y de andrógenos, en coincidencia con que sea más fácil quedar embarazada. La mujeres que toman anovulatorios tienen un interés sexual similar a lo largo de todo el ciclo, mientras que las que utilizan como anticonceptivos el DIU o los diafragmas tienen más interés en los días de la ovulación.
En el hombre el interés sexual es basalmente en meseta y en cualquier momento pueden ascender sus niveles de testosterona, ya que su único papel en la función reproductora es alcanzar el orgasmo y soltar esperma al eyacular.
Una encuesta realizada por la Universidad de Chicago en 1994 permitió saber que el 85% de los hombres casados se masturbaba, frente a solo un 45% de las mujeres casadas, y aún estas más que las solteras. También las mujeres con niveles mayores de testosterona se masturbaban más que las que los tenían bajos.
La excitación por el estímulo visual es masculina, por el olfato lo es más en mujeres”…
Por Roberto Rondero / Rondero’s Medios
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