Una persona con un comportamiento diferente a lo habitual recibe varias sentencias tajantes, despectivas u ofensivas, en especial si tiene una enfermedad mental. El primer rechazo proviene de la familia, no son comprendidos por los suyos y por tal motivo (ya sea por ignorancia o vergüenza) los aíslan; la segunda dificultad a la que se enfrenan es el rechazo social, los confinan moralmente y buscan quitarles sus derechos de la comunidad, ya no los reconocen como seres humanos. La tercera traba que sufren las personas con un trastorno mental es por parte del médico, un mal diagnóstico por el especialista los puede ayudar o condenar de por vida. ESMÉ WEIJUN WANG (Todas las Esquizofrenias, Editorial Sexto piso, traducción de Julia Osuna Aguilar, primera edición 2022, páginas 225).
LA AUTORA: Esmé Weijun es una escritora norteamericana con descendencia taiwanés; en su libro nos platica cuales fueron sus vivencias siendo esquizofrénica, pero lo tortuoso no sólo fue por la misma enfermedad sino el mal diagnóstico recibido desde un inicio y el silencio de su madre sobre las enfermedades mentales que moraban en el árbol genealógico.
“Yo no soy ni siquiatra, ni psicóloga ni terapeuta, pero sí una paciente cuya vida se ve afectada por las etiquetas que proporciona el DSM-5. A fin de cuentas, es fácil olvidar que los diagnósticos psiquiátricos son constructores humanos y que no fueron entregados por un Dios omnisciente grabados en tablas de piedra”.
Desde la adolescencia la autora sufrió por la confusión de no saber qué tenía, pasó por un calvario para que determinarán su enfermedad e hicieron recordarle sus traumas una y otra vez con el fin de “ser ayudada por los especialistas”. Vivió varios momentos difíciles, fue internada contra su voluntad varias veces. El horror del confinamiento para alguien que piensa que el mundo está en contra usa en un pánico constante. Tardó mucho tiempo para que su diagnóstico correcto saliera a la luz, a Esmé le diagnosticaron Trastorno Esquizoafectivo, es una variante del trastorno bipolar 1. Inconveniente, conocer el diagnóstico de una enfermedad mental no lleva forzosamente a una solución encantadora, el resultado es un tratamiento indefinido y tortuoso.
“En los últimos años de instituto, cuando le comenté a mi madre que a veces pensaba en suicidarme, me sugirió que nos matásemos juntas (…)”.
El estrés de los factores externos juega un papel muy importante, pero determinar qué condiciones pueden provocar una enfermedad mental es difícil de clasificar. Los conflictos bélicos, la alimentación, accidentes que provocan lesiones cerebrales, complicaciones en el parto, etc., cualquier agente externo puede provocar la enfermedad. En varios estudios realizados desde los años sesenta buscan determinan las condiciones externas que influyen en los trastornos mentales, no obstante, no son determinantes. Así lo expresa la escritora Esmé Weijun Wang.
“La voz en las duchas de la residencia me dijo: «Te odio» con suma claridad”.
Algunos autores vinculan la esquizofrenia con el arte, el ser humano es capaz de crear obras maestras a través de sus brotes psicóticos; a pesar de eso, la autora pone sobre la mesa los pros y contras de estas virtudes: ¿qué es más importante, crear arte o tener una vida estable sin cambios de humor severos y confusos?
“Estoy acostumbrada al mundo del DSM, que sigue siendo la biblia de los locos”.
Sus síntomas empeoraban y buscó otras soluciones para enfrentar su enfermedad; le dio una oportunidad a la medicina alternativa asiática, consultó a astrólogas, tomó un curso de brujería y sólo le daban explicaciones del por qué le afectaba, pero ninguna solución real a su problema.
“Mi madre sugirió que tal vez esos síntomas no fueran patologías sino poderes espirituales, según la superstición china”.
Los pacientes con una enfermedad mental tienen avances y recaídas constantemente y difícilmente los familiares o las personas cercanas pueden entender este comportamiento, aguantar la situación no es fácil y tal vez algunos especialistas son lo suficientemente capaces para no dejar en el olvido o en el abandono a sus pacientes.
Con el libro Todas las Esquizofrenias, Esmé demuestra lo difícil que es cargar con una enfermedad mental y comparte las necesidades que vivió ella, sus amigos y otros conocidos con un padecimiento similar.
“Es importante tener en cuenta que el trastorno mental no constituye necesariamente, ni en sí mismo ni de por sí, una discapacidad”.
De la fantasía a la realidad. En varias páginas menciona algunas películas que le provocaron un brote psicótico; distinguir la ficción y la realidad de una película es muy difícil para un esquizofrénico, para ellos pueden ser la misma verdad. Por ejemplo, en la película Terminator 2 los efectos visuales y sonoros jugaron un papel muy importante para darle ese toque de realidad y que para ella no era más que la confirmación de lo que llegó a imaginar (en un momento de brote psicótico) de sus compañeros de trabajo, «fueron suplantados por robots». Otras películas que le generaron conflicto o confusión fueron Lucy, Matrix, En llamas, Hazme reír, entre otras. En la producción Una mente maravillosa la consideró como un guiño sutil y romántico a lo que se vive en la esquizofrenia.
Creer o no creerle a un esquizofrénico. Un momento muy perturbador que vivió Esmé Weijun fue con un exnovio llamado John Doe, que la maltrató y violó en su momento. Tiempo después ella se enteró de que dicho sujeto era perseguido por el FBI por ser un agresor sexual y estaba prófugo. John tenía problemas con las drogas y su estado mental no era estable, sin embargo, algunas personas no creyeron en la historia de Esmé por ser una mujer inestable emocionalmente. La autora no quiso profundizar sobre este capítulo de su vida, para evitar prejuicios sobre su condición mental y lo que vivió con su ex. «Preferí perdonar a John creyendo que el perdón me traería la paz».
Esmé Weijun Wang estuvo con terapeutas que le aportaron soporte a su condición, pero encontró en la fotografía el ancla para lidiar con la irrealidad. «Durante mis peores episodios de psicosis, la fotografía ha demostrado ser una herramienta que mi ser enfermo utiliza para creer en lo que existe».
“Me digo que si debo vivir con una mente a la que a veces le gusta perderse, también tengo que saber cómo amarrarla”.
«El catolicismo ejercía una atracción sobre mí que todavía hoy siento. Me tocaba la fibra sensible con su estética, muy arraigada en el misticismo y el ritual». Todo lo sobrenatural excitaba a su mente y lo mismo le pasó cuando comenzó a experimentar con el tarot; tuvo momentos en los que sentía una conexión al leer las cartas y otras veces perdía dicha relación íntima, ¿enfermedad mental, habilidad psíquica o una angustia exagerada, cómo distinguirla?
“El amor por la escritura y el talento para las artes visuales lo he heredado de mi madre, así como los dedos largos y ahuesados; también he heredado la predisposición a la locura”.
Datos sobre la esquizofrenia
A) 1 de cada 300 personas padece esquizofrenia.
B) Las personas que nacen con ceguera no desarrollan esquizofrenia, no hay casos documentados de esquizofrenia en personas que nacieron con ceguera.
D) Los hombres suelen manifestar la enfermedad antes que las mujeres.
E) El consumo excesivo de cannabis se asocia al padecimiento de Esquizofrenia.
F) Las enfermedades mentales no tienen cura, pero se puede mejorar la calidad de vida de quien las padecen con un diagnóstico oportuno y buen tratamiento.
Algunos datos sobre Esmé Weijun Wang
- Empezó a leer a los dos años.
- En la Universidad de Stanford obtuvo la licenciatura con la nota de 3.99 sobre 4.
- Publicó su primera novela en 2016, The Border of Paradise.
- Recibió el Premio Whiting en 2018.
“Tengo trastorno esquizoafectivo, pero no soy una inútil”.
Por Saelim Fernando
CON LETRA GRANDE / RONDERO’S MEDIOS
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