Cuando nada es predecible en una serie por la telera nuestra de cada día los telévoros nos volvemos adictos a ella, es lo que sucede con The Walking Dead, que tuvo el desenlace de la primera parte de su sexta temporada y será hasta febrero cuando retorne con sus otros seis episodios. Desde que suponíamos que Glenn (Steven Yeun), el asiático que casóse con la bella Maggie (Lauren Cohan), no había sobrevivido al ataque en masa zombie –en una de las escenas más emocionantes de esta sexta temporada- y no fue así, Rick (Andrew Lincoln), su familia y agregados en la fortaleza de Alexandría, no resisten más ante los cientos de “podridos” que logran entrar al anhelado refugio.

The Walking Dead juega con los tiempos narrativos –y por ende con el suspenso- y con la edición, tanto, que hacia el final los enemigos -que tienen nombre y rostro comandados por Negan- ya no son ni serán los zombies haciendo valer la sentencia bíblica: el hombre es y será el peor enemigo del hombre.
Ver para creer. Telévoros: ¡uníos!

Por Roberto Rondero / Rondero’s Medios


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