Cuando un programa en la telera nuestra de cada día nace chueco como «Parodiando, noches de traje» su camino hacia la tumba es predecible y por más que la producción de los Galindo, Rubén y Santiago, haga y deshaga, como cambiar de jueces: Gilberto Gless y Julio Zabala entraron al quite por Adrián Uribe y César Bono, el resultado en pantalla es de pena ajena. Tan no funciona la ‘competencia’ que los mismos capitanes de los equipos tratan de jalar rating a punta de insultos, descalificaciones y una que otra valentonada: Facundo, el eterno adolescente -«Yo soy cabroleiro», dijo en entrevista- hace rounds de sombra con Israel Jaitovich, a quien no baja de inútil (por su evidencia cojera luego de una caída que tuvo hace algún tiempo e insulta a su padre fallecido), mientras el conductor de «Desmaduraga2» le recrimina por las ofensas. Ideal para Día de Muertos, «Parodiando», cada dominguito sagrado, se revuelca en su tumba mientras sus esforzados y esperanzados concursantes confían en que Televisa volverá, algún día, a tener una barra de comedia.
Ver para creer. Telévoros: ¡uníos!
Por Roberto Rondero / Rondero’s medios





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